Los testigos buscaron al Sr. Andrés Pulido para que alguien más corroborara su experiencia. En Cuarta Dimensión (N° 128), Pulido dijo: “Al principio lo tomé como una broma y seguí haciendo mis tareas, pero me llamó la atención su gran excitación. Algo en ellos decía que era cosa seria y los seguí y al llegar a la punta del andén el sorprendido fui yo. Allí estaban esos hombrecillos como ellos dijeron. No se bien cuantos eran porque se mezclaban y desplazaban constantemente. De todas maneras seguro eran más de cinco, algunos color verde, otros naranja”.
Seguidamente y de regreso a la estación, Miguel interrogó a una señora (Mónica) que vive junto al ferrocarril en terrenos de la estación, que nos contó que en aquellos años era empleada en la boletería y recordaba bien el episodio aunque ella no fue testigo.
Mónica se mostró muy amable con nosotros y se ofreció a contactarnos con la viuda de otro supuesto testigo. Nunca recibimos ese dato, del cual estamos a la espera.
También nos dijo que el hecho fue muy comentado y difundido hasta por televisión. Que decían haber visto unos enanitos verdes comiendo basura al final de la rampa del andén saliendo hacia la avenida Monroe.
La casualidad quiso que su hermano haya trabajado en el restaurante del Sr. Andrés Pulido y ella recordaba que el dueño estaba haciéndose una casa en Saavedra. La recorrida que en un principio nos pareció un tanto infructuosa resultó importante para acercarnos así un poco más a la realidad de los hechos.
Una consulta a la guía telefónica nos proporcionó al instante el número de este testigo. Así fue que nos comunicamos con él, quién nos manifestó que no quería hablar de este tema, que tal vez lo haría cuando volviera de un viaje que emprendería con destino a España.
Pasados unos meses lo volvimos a llamar, ya vuelto de su viaje, negándose nuevamente a una entrevista.
Finalmente, en un nuevo intento realizado el sábado 1° de marzo de 2003, logramos obtener un breve testimonio telefónico, negándonos una entrevista personal.
ADENDA
Me miró profundamente y supe que iba a referirme algo especial. Hurgó en sus bolsillos y de un atado bastante arrugado me ofreció un cigarrillo. Era el ritual con que siempre comenzaba a narrar algo interesante. Hizo una larga pausa que yo debía respetar. Para mí no significaba esfuerzo, pues me sentía a gusto... ....cuando lo creyó oportuno contestó: - son pequeños, muy pequeños, brotan de la tierra, del aire o del árbol, no sé bien de dónde porque aparecen y desaparecen en un instante...”.
Este era un linyera que vivía junto a las vías en las cercanías de la estación Coghlan, a unos 150 metros, hecho ocurrido unos cinco años antes del avistamiento de los Mancuso y Pulido. Desconocemos si la persona hallada muerta a la que hizo referencia Pulido, pudiera tratarse de este hombre con el que Del Prado había trabado amistad.
También cabe resaltar que no se trató de un único avistamiento, sino que tales fenómenos se habían repetido unas cuatro veces a lo largo de catorce días.
Es curiosa la descripción incierta que hace el testigo de los seres o figuras no pudiendo definirlas en ningún momento como siluetas humanas pero considerándolas sí seres vivos que realizaban allí alguna actividad.
Pulido habla de varios testigos directos pero lamentablemente no pudimos encontralos.
Los hermanos Mancuso fueron entrevistados por Fabio Zerpa y encontramos como complemento de esta investigación su artículo publicado en El Quinto Hombre, revista virtual El Portal de Fabio Zerpa, ELEMENTALES EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES (ARGENTINA) - CASO COGHLAN
http://www.fabiozerpa.com/ElQuintoHombre/diciembre01/Mparalelos_10B.htm
Testigos 1: Bien, nosotros veníamos transitando por este camino, aproximadamente las 2 o 2.30 de la madrugada de un día de marzo y vimos una luminiscencia que venía avanzando. Nosotros veníamos caminando y al principio no le dimos mucha importancia, creíamos que era una locomotora que mayormente pasan por acá. Pero después nos dimos cuenta que esa luminiscencia se bifurcaba y venía hacia nosotros.
T:1: No le dimos mucha importancia pero cuando se fue agrandando, como una nube de luz.
T:1: No, un poco más grande, diez veces más.
T:1: Sí, y no redonda, o sea ovalada como una nube, exactamente igual.
T:1: Blanca, blanca, muy blanca.
T:1: Blanca, blanca, completamente blanca.
T:1: La luz venía de Manuel Ugarte (una de las calles del barrio), o sea por las vías y se fue agrandando hasta donde se encuentra la señal del tren, ahí se paró. Yo le vuelvo a repetir, yo creí que era un tren pero como no había ruidos ni nada. Después nos dimos cuenta que era un OVNI, o algo de eso.
T:1: Se paró ahí y cuando salían estos seres raros y se empezaron a perder por el campo éste, o sea se pusieron por allá, se pusieron por acá... Estuvieron ahí en los juegos sin molestar a nadie, o sea vinieron acá no se a que...(cerca de la estación se encontraba varios juegos para niños).
T:1: Aparentemente parecían que estuvieran inspeccionando la zona, en cierto momento vimos como si quisieran escudriñar el suelo o los árboles, los juegos, estaban en su trabajo de exploración, digamos... Inclusive, nos vieron pero parecía como si no se hubieran asustado, como si no hubieran tenido ninguna reacción, digamos, belicosa.
T:1: Aproximadamente tendrían 60 centímetros de altura.
T:1: La primera impresión es que no tenían una vestimenta, digamos humana sino que tenían un medio uniforme en cuanto a la piel rugosa pero no se diferenciaba un pantalón o camisa. Era un uniforme.
T:1: Verde.
T:1: Totalmente, o sea desde la cabeza hasta las puntas de los pies, uniformemente del mismo, no podemos hacer una diferenciación, como usted, que tiene el saco, el pantalón de distinto color; el matiz era uniforme.
T:1: Completamente cara descubierta y la cabeza descubierta, inclusive no había diferencia de pelo.
T:1: No tenían.
T:1: O sea, en un ser humano se puede diferenciar la calvicie pero le repito y le vuelvo a repetir era de toda uniformidad, del mismo color pero sin diferenciación de la calvicie, por ejemplo, de la frente a donde comienza.
T:1: Correcto, correcto, porque cuando hablamos de calvicie en un momento dado hubo pelo pero en este caso, supongo yo, que nunca hubo pelo, que no se le cayó.
T:1: Eran dos, a ambos lados de la nariz, como si fueran humanos pero con la cara como si fueran humanoides, boca también.
T:1: Segurísimo, por la proporción al entorno a ellos, porque si estuvieran parados en ese banco, ese banco tiene unos 40 centímetros, y no sobrepasaban más de ahí.
T:1: Sí, una persona más.
T:2: Más o menos a una distancia de unos...60,70 centímetros, aproximadamente, vi a esta cantidad de ...seres, no se si serán seres.
T:2: Yo calculo que eran más de diez.
T:2: Más de diez, ahora la cantidad exacta, con la velocidad en que se movían, no se podía apreciar.
T:2: Más o menos de unos 55,60 centímetros de altura.
T:2: Más o menos la que puede tener un corredor de 100 metros.
T:2: Sí, no se puede apreciar exactamente.
T:2: Bueno, había algunos que jugaban, daba la sensación de que jugaban, otros se agachaban o trataban de recoger algo, no sé.
T:2: Unos aparentemente eran de color verde, sí, esos se agachaban y buscaban algo y los otros de un color más bien naranja, jugaban.
T:2: No, no podría decir que eran vestimentas sino que era una especie de piel, no sé.
T:2: Sí.
T:2: Aproximadamente unos 20, bueno uno en esos momentos no tiene la noción del tiempo pero póngale una porción de tiempo de 20 minutos.
T:2: Después se fueron, desaparecieron a la misma velocidad, iban desapareciendo, a mi me dio esa impresión, no he visto luces ni nada que bajara de arriba, nada, se fueron perdieron, se fueron desapareciendo...”
A diferencia de lo que nos dijera el Sr. Pulido no encontramos en el testimonio de los hermanos referencias respecto a la existencia de un mayor número de testigos ni tampoco hablaron de la repetición del fenómeno en días consecutivos.
Fuente: Diario La Arena (Santa Rosa) 12/06/02 y Diario La Reforma (General Pico)15/06/02.
...Del otro lado de las vías, en el Barrio Centenario, algunas familias comenzaban ya a poner las sillas y sillones en la vereda. Pronto compartirían los vecinos el delicioso mate y también las novedades del momento. Era y es la costumbre de cada atardecer en donde la gente del barrio se enriquece a través de una relación buscada y sentida.
Estaban en esto cuando sobrevino la cosa. Alguien estaba en la vereda observó, de pronto, que una extraña presencia luminosa y esférica se desplazaba hacia la estación del ferrocarril, Iba paralelamente a las vías en dirección sudoeste. La persona que vio primeramente el fenómeno quedó asustada pero igualmente llamó a los que estaban dentro de la casa para que la ayuden a entender que era eso. Cuando se sumaron los demás, uno a uno fueron confirmando que lo que observaban era una esfera de aproximadamente dos metros de diámetro, En su interior había luz pero ésta no se proyectaba hacia afuera. Lo más llamativo es que se podía ver a uno sentado como si estuviera en el manejo de controles del aparato. El personaje portaba un casco, o al menos su cabeza parecía muy abultada. Se lo veía muy concentrado, ni siquiera demostró interés por quienes los estaban mirando pasar. En realidad, era algo desconcertante. Por eso podemos afirmar con toda certeza y sin llegar a exagerar, que aquello no era otra cosa sino una burbuja luminosa tripulada por un ser raro e insólito. Su desplazamiento era lento y silencioso, El objeto se deslizaba a una altura de treinta metros, distancia que permite una completa visualización de sus formas y de lo que había en su interior.
Poco a poco la burbuja se fue perdiendo siguiendo el derrotero de las vías. Daba la impresión que algo la unía a ese camino de hierro por cuanto no se apartaba de él en toda su marcha. Era como si estuviese ligado por un hilo invisible que lo mantenía firme en el rumbo que debía recorrer...”.
Anchimalén
http://ar.geocities.com/argentinamisteriosa/anchimalen.htm
Son a veces sirvientes de los brujos, cumpliendo misiones que éstos les confían. Se dice asimismo que los Anchimalén son criaturas que crían los brujos para que les cuiden el ganado, a las que alimentan con leche, sangre y miel que ponen a su alcance. Pero cuando llega la noche dejan de cuidar el ganado y se convierten en Cherufe, que es el fuego errante.
Según Casamiquela, este mito que expresa los temores de la tiniebla sería un desprendimiento del de Anchimalgén, al igual que Kuyén. Aquél ya no existe hoy.
http://madryn.com/pm/endepa/elfuegosagra.html
http://www.gacetaovni.com/
En la década de los 80 un grupo de psiquiatras y antropólogos dependientes del CONICET desarrollaron un amplio relevamiento en la zona del desaguadero sur en la Provincia de La Pampa bajo la denominación de PROGRAMA DE INVESTIGACIONES SOBRE EPIDEMIOLOGÍA PSIQUIATRICA bajo la dirección del doctor Fernando Pages Larraya. Textualmente expone los relatos puros de los pobladores, sus historias y leyendas con sus tintes mágicos, miedos y modos de convivir con ellos. Entidades fantasmales, narraciones de sucesos malignos, se entrelazan en un circuito de permanentes vivencias . La influencia de los indios Ranqueles emerge desde el sustrato histórico, tomando vida algunas de las mas viejas creencias. En esas leyendas e historias es claro ver una raíz europea cuando se nombran a los jinetes sin cabeza, animales extraños y ritos demoníacos. Estos son nombrados como recuerdos cada vez mas lejanos, como historias menos frecuentes... sin embargo hay algo que parece perdurar al paso del tiempo, un misterio que sobrevive con firmeza y matiz propio, con tal individualismo y substancia que se nombra tanto en el pasado como en el presente, y es la presencia de las enigmáticas luces malas que en el documento forman parte de vivencias de reciente data. Del Documenta Laboris que transcribe textualmente los temores y creencias de toda la región mediante entrevistas directas con los habitantes surgen una serie de referencias a las luces malas que toman de la raíz ranquel sus principales características. Allí se hace mención del Anchumallen, figura antropoide semejante a un nenito cabezón que transita los montes de caldenes durante las horas de la noche titilando con luz pálida y emitiendo chillidos a modo de lamentos. La leyenda, en una de sus acepciones, narra que Anchumallen era una princesa Ranquel enamorada de un joven aborigen de tribu enemiga y que por mantener su amor en contra de la voluntad del Cacique, su padre, fue castigada junto a su pareja con la maldición del brujo de la tribu. Anchú, es convertida en un ser diminuto que lamentará su traición y buscara en la noche, indefinidamente, el paradero del joven quien (transformado en un pájaro) no podrá cruzar la frontera de la noche en donde vagará Anchú por siempre. Es notable como la imagen de Anchumallen encuentra similitud con el Curupira de Brasil, una especie de espíritu o duende de la selva que, según la tradición, defiende a los animales de la depredación de los cazadores humanos. El Curupira puede tomar la forma de “persona bajita y cabezona” y en ocasiones manifestarse como una bola de luz.
Lo Mágico y lo Verídico
“Aquí, a esta playita del Chiñuracó, baja Anchumallen al agua, de vez en vez, en días calurosos, cuando todo es quietud en torno...” “De noche su cuerpo es de luz pálida como la del sol...Por eso la llaman Anchumallén, o Anchu, cariñosamente, las muchachas enamoradas. De día, parece de cristal. No vuela como los pájaros, aleteando. Se desliza flotando por sobre plantas y caminantes, sentándose de trecho en trecho en la huella, para mirar sonriente a los que pasan, con sus ojillos de rubí, dos puntas de fuego que iluminan su preciosa carita redonda.” Otra acepción de la leyenda dice que Anchu tuvo la desgracia de enamorase de un cristiano, traicionando las tradiciones mas antiguas de la tribu, por lo que un potente maleficio de los hechiceros le dio un castigo ejemplar. Al querer escapar con su amado - y así cuenta el libro costumbrista de Enrique Stieben en “Ancumallen” que toma de esas tradiciones y leyendas las descripciones principales- relata: “Algo sobrenatural habíase interpuesto entre ellos y su destino. Una como centella abatió el entorno con poderosa lumbre y un gran estrépito, de cuyo centro emergió en una aureola, el gran chivo de la cueva que ya vieran. En veloz carrera llegó a ellos envolviéndolos indefensos en su quemante esplendor, de cuya esfera fue despedida Anchu por los aires, a lo largo del valle, sobre el cual seguiría flotando apenada hasta el fin del tiempo, convertida en mujer luz, hermosa e intocable.” El Anchumallén, según los relatos más recientes, ha sido visto por varios pobladores como una luz parpadeante, pálida, que se desliza serenamente por el desierto y suele llegar a estar muy cerca del caminante. “tiene la cara de un conejo, parecido, con dos dientes raros que le salen de una boca luminosa. Es chiquito y sus ojos brillan como dos brazas candentes mientras hace un chillido agudo”. Algunos testigos sostienen que dos ojos brillantes, o dos brazas encendidas, suelen moverse por el campo, y no son ojos de animales. Fábula o no los relatos se multiplican aún en personas no locales que transitan casualmente por la región y dicen ser testigos de estas apariciones: “y me agarró cuando iba caminando, y me agarré una mala sangre a la cabeza. Era luz y se prendía y se apagaba. Parecía una nenita chiquitita, tiene dos dientes de luz. Y se apagaba y se alumbraba...”.
El extraño, en los Andes neuquinos.
Una importante reserva mapuche se encuentra del otro lado de la frontera, al noroeste de Neuquén, en la república de Chile. Es la reserva Trapa Trapa. Amandina Manquepi, oriunda de Trapa Trapa ofrece sus notables trabajos en madera y en lana a los visitantes de las termas del Copahue, en Argentina. Elige un lugar entre los humeantes puentes que cruzan las cálidas aguas burbujeantes saturadas de azufre que expiden un olor nauseabundo que se pega a las ropas y endurece el cabello bajo el implacable sol del mediodía. Sus manos cargan la sencilla y esmerada mercancía cuyas ganancias son para asegurar el sustento diario que aún en medio del desierto de montaña su familia necesita. Pero en su silencio tímido ante el turista, Amandina esconde experiencias que muchos de nosotros pagaríamos por vivir. Ella dice haber visto ese enigmático “anchimallen”, entidad antropomorfa pequeña que ella describe como un niño cabezón relacionado a las “machis” (curanderas o médicos brujos de una comunidad indígena) que suelen aparecer los martes y los viernes, días de magia para los criollos de argentina. Su descripción, por enésima vez resulta familiar: “es una luz titilante, como una linterna de pilas gastadas que transita las montañas saltando como un conejo” o mostrando su silueta desnuda ante el azorado observador. Esa luz puede ser amarillenta y a veces tornarse azulada. Leyenda, tradición, o como se le llame, el relato de Amandina Manquepi es contundente al señalar que su último encuentro con la luminosa entidad lo tuvo 15 días atrás ( sobre finales de enero o principios de febrero del 2000) demostrando la incómoda contradicción de nuestras valoraciones sobre los dichos del habitante rural. Y suele ser pasmosa la naturalidad del encuentro que se describe como si fuera una parte más del paisaje sin atender las líneas divisorias entre lo creíble y lo extraordinario. Con algunas de las mujeres de la misma comunidad tuvimos similar descripción sin que ellas atendieran demasiado nuestro asombro y quizás profundamente extrañadas y hasta risueñas por el interés que un grupo de hombres tenía por aquellos seres enigmáticos tan “alejados de los gringos”. En los infinitos caminos del valle, del Cajón del Agrio y de los puestos que aquí y allá marcan la presencia humana, esas referencias se enriquecen y reiteran como en el caso de Oscar, el mecánico de la villa quien, hace varios años, dice haber tenido un encuentro parecido con el diminuto visitante de la noche..."
Otro reporte de avistamiento de seres en la zona
Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
carlosiurchuk@gmail.com
En octubre de 2009 se puso en contacto conmigo una persona de nombre Guido (me reservo el apellido) quien vive en Buenos Aires y me relato lo siguiente:
«Por casualidad llegue a vuestra web y pude leer los testimonios del caso «Coghlan» de abril de 1984. Quisiera dar mi testimonio, ya que con 4 años de edad y viviendo en el barrio de Belgrano ese mismo año vi a seres muy similares a los presentados en la descripcion. Durante años comente este episodio a mucha gente y mi familia completa sabe de esto desde entonces. Nunca habia tenido acceso a testimonios sobre esto hasta hoy».
A continuacion pedi que me relatara su experiencia, a lo que accedio rapidamente:
«Ante todo queria comentarte que esto se lo comente durante mucho tiempo (25 años) a bastante gente, de hecho mi familia lo sabe desde el momento que lo vi, ellos estaban conmigo aunque no tuvieron la suerte de verlo.
En ese momento yo tenia 4 años, actualmente tengo 29. En esa epoca viviamos en el barrio de Belgrano con mi familia, mis 2 hermanas mayores, papa y mama.
Te puedo dar la direccion exacta que es Olazabal 2580 [Nota de Carlos Iurchuk: Me reservo de publicar el piso y departamento exacto donde vivia el testigo] de la ciudad de Buenos Aires (todavia existe el edificio). El departamento tenia un balcon al contrafrente desde el cual me gustaba mirar, especialmente porque en esa epoca McDonald’s habia instalado su primer local en Argentina, justo a la vuelta sobre Av. Cabildo, y habia colocado un muñeco inflable de unos 6 metros del payaso Ronald encima del local, el cual se veia perfectamente desde nuestro balcon. Esto era algo que me llamaba mucho la atencion.
Ciudad de Buenos Aires. Al norte, se indica la ubicacion del edificio donde se encontraba el testigo.
Yendo al hecho en si, estabamos una noche reunidos con mi familia en el living del departamento, justo al lado del ventanal que da al balcon. No recuerdo el horario exactamente pero ya era totalmente de noche, y era una noche despejada, se podian ver las estrellas. Yo miraba a traves de la ventana, cuando de repente vi algo que se movia en el cielo que me llamo la atencion.
Sin decir nada me acerque al balcon y pude observar perfectamente en el cielo una ronda de seres pequeños muy luminosos que se movia a una velocidad no muy grande. Lo pude ver muy claramente ya que no pasaron a una gran distancia, y esta ronda habra pasado a la altura de un piso 12 o 14, a menos de 150 metros de donde yo estaba. Estos seres pequeños estaban tomados de la mano formando una ronda, por lo que recuerdo eran de color rojo, azul y verde, no puedo asegurar el numero exacto, pero serian entre 8 y 12 aproximadamente.
Dibujo realizado por el testigo de la ronda de seres que vio.
No se le podian ver los rasgos, simplemente su forma que era una cabeza redonda, piernas y brazos y emanaban bastante luminosidad.
Inmediatamente al ver eso señale hacia el cielo y grite, a lo cual salio tambien al balcon una de mis hermanas, aunque cuando miro la ronda ya se habia desplazado y habia sido tapada por un edificio. El fenomeno lo pude ver por unos 5 o 6 segundos (mucho tiempo a mi entender) en el cielo, hasta que desaparecieron al pasar detras de un edificio. El movimiento de la ronda era lento y seguia una linea recta, no zigzagueaba ni ninguna otra cosa.
En esta imagen aerea del lugar, el testigo marco la ubicacion de la ronda (con puntos de diferentes colores), la direccion de desplazamiento de la misma (con una flecha) y la ubicacion del McDonald’s (con punto rojo mas grande). Tambien se indica la ubicacion del edificio donde se encontraba el testigo.
Luego de esto explique a mi familia lo que habia visto y quedaron mas que sorprendidos. Tiempo despues mi padre me dijo que habia leido en el diario una nota sobre unos gnomos que habian estado jugando en la estacion de Coghlan la misma semana. Fue ahi cuando lo tomo un poco mas en serio».
A partir de algunas preguntas que le realice, me hizo las siguientes aclaraciones sobre lo que observo:
«Puedo confirmar que no estaban parados sobre ninguna plataforma ni nada, flotaban en el aire. Tampoco pude ver ninguna nave.
Por lo que vi tampoco formaban parte de una estructura mayor. No recuerdo haber escuchado ningun sonido. Lo que pude ver es que esta ronda se desplazaba de derecha a izquierda en el cielo a una velocidad no muy rapida y estaba estatica en el sentido de que no giraba sobre su eje.
En cuanto a los seres, lo unico que recuerdo era que eran pequeños y no tenian rasgos, emanaban algo de luz y habia de color rojo, verde y azul».
Imagen que el testigo encontro en Internet que se ve parecida a como el recuerda eran estos pequeños seres que formaban la ronda.
Finalmente comento:
Desde ya te autorizo a publicar mi experiencia y tambien mi email, tal vez ayude a reunir a alguna persona mas que haya visto esto. Esto lo relacione directamente con el caso Coghlan ya que fue la misma semana de esto y mi padre vio la nota en el diario en esa epoca. Tambien la cercania geografica, ya que el edificio debe estar a no mas de 20 cuadras de la estacion de Coghlan».
Todas aquellas personas que deseen ponerse en contacto con Guido, su e-mail es guido_fed@hotmail.com
Ubicacion del edificio donde se encontraba el testigo y la estacion de Coghlan. La distancia que separa ambos puntos es menor a 1.500 metros.
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