BARRIO LA SERENA, MAR DEL PLATA
ENERO 1988
En una zona muy tranquila al sur de Mar del Plata, a una cuadra de la Playa La Serena; LEONARDO FUSTER y Gabriel (no recuerda el apellido), mientras conversaban una madrugada de verano a las puertas de una heladería ya cerrada. A la una de la mañana, avistan una luz en el cielo. Era blanca y se desplazaba hacia todos lados. Se les acerca tanto que el resplandor y la energía que emanaba ya no les permite ver. De repente esa luz sin forma determinada se va yendo y en su lugar aparece un humo de todos colores. Gabriel se tapa la cara con una campera y Leonardo observa un ser de entre 50 y 60 cm de altura con ojos rojos cuadrados que le pareció un robot. Estaba a tres metros de los testigos, sobre la calle, flotando. No tenía pies. “Era una cosa muy loca, parecida al Tío Cosa… …Brillaba, era color marrón, pero un marrón lindo, peludo”. El humo se va y desaparece el ser. En ese momento su amigo le grita “te llevaron, te llevaron”. Vuelve la luz y aparece frente a ellos una nave inmensa, tan grande que “no terminaba más”. La nave poseía innumerables ventanas y dentro de ellas, miles de personas agitaban los brazos saludando al testigo: “...Personas, brazos, brazos, si, lo único que se veía era que eran todos negros por adentro, personas negras pero con cabezas como nosotros, brazos como nosotros, no, todo. Nos saludaban a nosotros dos… …millones, eso fue lo que más me impactó…”. El objeto era inmenso, se perdía sobre el mar. Pero estaba justo frente a ellos, a la altura del techo de una casa. No quiso mirar más, cerró los ojos y al abrirlos, eso se iba. Para los testigos habían pasado 10 minutos entre la aparición del ser y la partida de la nave, pero cuando consultaron el reloj, se dieron cuenta que en realidad tenían un tiempo perdido de entre 5 y 6 horas, de las cuales no conservaron recuerdo alguno. Viendo la hora y sabiendo que la madre lo esperaba a las 2, vuelve rápidamente a su casa a un par de cuadras del lugar, llegando a las 6 de la mañana. LLega con dolor de estómago y vómitos, lanzando como si fueran muchos hilitos largos negros. Se va a acostar sin decir nada y a la media hora se levanta a contar a su madre lo sucedido, estaba muy acelerado. Durante los 3 días posteriores sintió una energía positiva muy fuerte y cambió su perspectiva de la vida. Sostiene que es una experiencia que tarde o temprano, nos va a ocurrir a todos.
En septiembre del año 1970 el Sr. Jorge De La Puente, inspector de Shell, circulando por la Ruta 148 a 10 km de Villa Mercedes, San Luis, observa a 50 m al medio del asfalto y hasta que le queda a la altura de la ventanilla, una “cosa” que en un primer momento le pareció una bolsa de basura. Tenía ojos negros, bien redondos y con el centro blanco que llamaban mucho la atención, cuerpo y cabeza peludos como piel de caballo, como una foca, color marrón opaco. Sin brazos ni piernas. Parecía sentado.
Otro ser similar fue avistado en Capilla del Monte, a finales de la década de los 90. Se desplazaba flotando en las cercanías del Balneario Municipal al atardecer, hasta permanecer sobre la pileta de natación vacía, de un conocido complejo turístico lindero. Los testigos, asustados, se retiraron del lugar y no supieron dar cuenta de la desaparición del ser.
PASEO DE LOS MARCIANOS - CAPILLA DEL MONTE - CÓRDOBA - ARGENTINA
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