LAS MONJITAS DE BERISSO
septiembre de 1990
Tres testigos independientes en forma sucesiva, ven unos seres coincidiendo de manera casi exacta en su descripción, en la madrugada del 31/08 al 24/09/1990. A las dos de la madrugada y circulando en moto al llegar a la esquina, Luis Javier Mango, ve a menos de dos casas de distancia (unos 20 metros) a dos seres que se desplazaban muy rápido, haciendo zig zag de vereda a vereda, alejándose por la calle perpendicular. Se asusta y acelera con intención de dar una vuelta manzana y verlos de frente. Los vuelve a ver y se va a buscar a su amigo que a esa hora entraba a trabajar en la refinería de YPF cercana al lugar. No les vio piernas ni cara, eran totalmente negros, parecían monjitas por la capucha y la vestimenta. No tenían ojos. Parecían tener brazos normales y la supuesta sotana estaba ajustada a la cintura. Cercano al lugar había un baldío en el cual esa noche se vieron bajar unas luces, presumiéndose que los seres habrían descendido de esa nave. Su amigo, Leonardo Olivera, relata que esa madrugada, siendo las 4 hs., Poli (Luis Javier Mango) lo pasa a buscar para que vaya a ver unos seres muy chiquitos que andaban por el barrio. Hacia allí se dirige en un Fiat 600. Al llegar a la intersección de las calles Puerto y Nápoles, observa en la esquina dos seres de 1,10 o 1,20 metros máximo, que tenían como una punta en la parte de arriba de la cabeza, sin forma alguna, algo recto, tal vez marrón oscuro, negro o violeta oscuro. Uno caminaba como si fuera un pingüino. Observa en el pecho, algo brilloso como escamas, brillaba, como si fuera petróleo. Era un brillo sobre algo negro, algo con reflejos verde, rojo, amarillo. Le dio mucho miedo y aceleró. Hace una vuelta con el auto y se cruza al tercer testigo, aunque no llega a hablar con él ya que se estaba subiendo ya al colectivo. Recuerda que estaba oscuro y la noche era fría. Sintió muchísimo miedo, que le duraba 12 años después cuando lo entrevistamos. El tercer testigo, Luis Furlano, a desgano y aún con miedo, nos relató que los tuvo a unos 15 metros, cuando iba caminando desde su casa a tomar el colectivo para ir a trabajar a eso de las 4,30 hs. Eran 6 o 7, venían todos alineados desde su derecha, como si fueran monjes, con capucha, sin un rostro definido, de 70 u 80 cm de altura. No se veían pies ni piernas, ni brazos, era como si fueran monjes con sotana, juntos uno al lado del otro, por el medio de la calle. En el lugar se escuchaba una melodía, como si fuera un coro, una película, como apagado, como un coro de ángeles. Apuró el paso, se fue del lugar sin mirar para atrás, y para su suerte al llegar a la ruta venía el colectivo y se subió, llegando muy nervioso a su trabajo. Furlano recuerda que una señora De Simone, ya fallecida, también los había visto a unas cuadras de allí y otro caso, en el barrio donde vivía su hermano, donde los seres entraban y salían de un aljibe muy antiguo.
PASEO DE LOS MARCIANOS - CAPILLA DEL MONTE - CÓRDOBA - ARGENTINA
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